LUIS
BONINO MÉNDEZ
Luis Bonino es psicoterapeuta Especialista
en Psiquiatría, con formación MIR. Título otorgado por el Ministerio de Educación argentino (1973) y
Homologado por el Estado Español (1990).
Desarrolla desde hace casi 40 años
numerosas actividades en los ámbitos de la Salud mental y se le considera un experto
en las problemáticas de la condición masculina, así como en la promoción de la
igualdad entre mujeres y varones.
Cuenta con 40 años
de experiencia, los primeros 15 en Buenos Aires Argentina. Así, ha trabajado como interconsultor psiquiátrico en
Hospitales públicos y sociedades médicas en Argentina, y en España como
psiquiatra en Centro de Salud Mental de Leganés.
Actualmente realiza actividades de
formación, sensibilización y asesoramiento para instituciones y grupos
preformados.
Igualmente,
es director del Centro de Estudios de la Condición Masculina, de Madrid. Este centro es un grupo
interdisciplinario dedicado a
producir conocimiento y desarrollar intervenciones que impulsen a los hombres a
desactivar y renunciar a su machismo y a promover comportamientos masculinos
acordes con la igualdad de género. Fue creado en Madrid en 1993
He elegido al doctor
Bonino porque considero que es una figura contemporánea digna de mención, ya
que digamos es más “fácil”, si se me permite la expresión, entender la
implicación femenina en cuestiones que atañen a la igualdad. Sin embargo, hay
hombres que como el doctor entienden que cualquier avance en este sentido
impacta muy positivamente en toda la sociedad y con esta intención, se
compromete con la causa.
Además ha acuñado
un término fundamental para el feminismo: el micromachismo. Lo hizo allá por
1991, y que viene a definir todo un conjunto de sutiles prácticas de los
varones, con los que intentan mantener sus privilegios e imponer a las mujeres
sus propias razones, deseos e intereses en la vida cotidiana, en ocasiones esos
comportamientos los hacen los hombres de forma consciente, aunque a
menudo no son intencionados, ni planificados deliberadamente.
De esta manera pone
el foco en lo “invisible”, lo “cotidiano”, lo que habitualmente pasamos por
alto pero que es sobre lo que se asienta todo aquello que es más “grave” y evidente.
Luis Bonino lo define como “una forma
solapada de violencia de género que incluye estrategias, gestos,
actos de la vida cotidiana que son sutiles, casi imperceptibles,
pero que se perpetúan y transmiten de generación en generación”.
En definitiva Naciones Unidas y
otras organizaciones lo consideran un componente más de la violencia de género;
no el más dramático, no el más terrible, no el más visible, pero es un
componente que está presente, que cotidianamente lo tenemos en nuestras
prácticas y que va generando -como efectos- desvalorización en las mujeres. Y
también es un componente con el que tenemos que trabajar, desnaturalizar,
deconstruir y, por supuesto, intentar modificar.
Las consecuencias de los
micromachismos para las mujeres son múltiples, entre ellos está el agotamiento
emocional, bloqueo mental, la limitación de la libertad, irritabilidad, baja
autoestima e inseguridad. Y en la inmensa mayoría de los casos, no somos en
absoluto conscientes del origen donde se genera todo este malestar.
Es necesario cambiar esta forma
de dominio que continúa actualmente y para esto es necesario que ambos géneros
participen.
Quisiera añadir lo que
considero un buen resumen de su trabajo este texto extraído de una de sus
exposiciones:
“En los últimos
decenios, las mujeres, en su lucha por la igualdad, están cambiando su relación
con el mundo y consigo mismas. El cuestionamiento de la hegemonía del poder
masculino y el fortalecimiento de sus derechos como personas/ciudadanas son
parte de esta lucha, que desafía los modelos tradicionales de relación entre
mujeres y varones y propone un nuevo contrato social y relacional.
No cabe duda que los
varones son (somos) conscientes de este desafío. Pero, cómo lo enfrentamos?,
¿cómo nos afectan los cambios de las mujeres, el feminismo y sus luchas por la
igualdad de derechos y la creciente deslegitimación del modelo masculino
tradicional que propicia el dominio social de los varones hacia las mujeres? No
es la primera vez en la historia que, frente al cambio de las mujeres, los
varones individual y socialmente se han visto afectados.
Lo novedoso actualmente es que la
transformación femenina actual es tal que está modificando radicalmente el
lugar asignado a la mujer en la cultura, y ello -quieranlo o no los varones-,
provoca complementariamente un cuestionamiento del propio lugar del varón en el
mundo, ante las mujeres, ante los otros varones y ante sí mismo. Y ante ese
cuestionamiento ¿Qué posiciones estamos adoptando los varones frente a las nuevas
mujeres? ¿cómo reaccionamos? ¿qué respuestas estamos dando? Ante sus cambios y
sus demandas , ¿estamos nosotros cambiando? Y si lo estamos haciendo, ¿en qué
direcciones? ¿Cuáles serían las reacciones y cambios deseables y según qué
criterios? ¿Existen modos de estimular dichos cambios?”
Por lo tanto, considero que con
su trabajo, Luis Bonino nos llama a
revisar nuestras prácticas y seguramente desde allí también podemos contribuir
a modificar estas situaciones para avanzar hacia sociedades más igualitarias
desde el punto de vista de género. Sin descuidar los ambientes familiares, laborales y la vía
pública, que es donde se manifiestan estos micromachismos y son, en definitiva,
donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo.
Fuentes:
Parte de la
conferencia dictada en el Congreso "Los hombres frente al nuevo orden
social" realizado en San Sebastián (España)en junio de 2001-, así como del
artículo: “Los varones y el cambio femenino” aparecido en 1995 en Revista de la
Direcciòn española del Menor, 27 (monográfico sobre Reparto de
responsabilidades entre hombres y mujeres en la familia) y de "Los varones
frente al cambio 28 de las mujeres", publicado en Lectora. Revista de
Dones e Intertextualitat.(monográfico hombres y feminismo), 4:12-21,1998
(editada por univ. de Barcelona-Cataluña)
www.Cecomas.com
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